Un mes después de Windows 10
Siendo un fanático de la tecnología esperé emocionado la llegada del tan aclamado y “gratuito” Windows 10, desde su arribo deseaba tener la oportunidad de probarlo, varios de mis compañeros técnicos se los había ofrecido actualizar su mismo SO con el que contaban y no me quise quedar atrás, dado que mi equipo personal es una Mac la única máquina que me quedaba era la más “limitada” de la empresa (Celeron con 4 GB de RAM) de uso común, si bien también ofrecía la opción de actualizarlo yo siempre he sido de la idea de mejor optar por una instalación fresca, es decir limpia y nada de upgrades que luego generan problemas, decisión que al día de hoy festejof. Me di a la tarea de buscar el archivo iso descargable, después de un rato de navegar lo encontré y sin nada que respaldar “sobres” lo instalé desde cero, de hecho sorprendentemente rápido, no voy a entrar en detalles pues hay muchos artículos y videos de internet que hablan de la instalación, me enfocaré a mi experiencia como usuario después de un mes de uso.
Desde el inicio lo primero que me sorprendió fue su rapidez en todos los sentidos, al arranque, en su manejo, al abrir aplicaciones, etc., siempre soy un poco incrédulo de esta supuesto incremento de velocidad en los Windows pues en las características de la caja desde el primer Windows 98 que compré ya se mencionaba que era más rápido que su predecesor cosa que nunca es cierta ya en la realidad, al menos no con una máquina de características promedio, pero en este caso les puedo decir que es más rápido el al menos sus últimas 3 ediciones (Windows 7, 8 y 8.1).
Lo segundo que jaló mi atención fue el nuevo diseño, colores e iconos de la interfaz gráfica, si bien continúan con un diseño minimalista –que no es tan de mi gusto, pues extraño aquellas ventanas tipo 3D–, la verdad que sus tonos oscuros se me hicieron agradables y serios, mucho más intuitivo que las del Windows 8.x.
Y claro ya no está la horrible interfaz Metro donde Microsoft quiso imponer una interfaz totalmente dirigida a pantallas touch, dando un salto que yo llamaría ridículo como si hubiera esperado que todos nosotros saliéramos a la calle a cambiar nuestro equipo por un touch para aprovechar las ventajas de sus cuadrotes de colores que prometía serían de lo más amigables al usuario olvidando el tan querido botón de Inicio, decisión que a mi parecer fue una de las principales causas de que la gente no deseara cambiar al Windows 8; claro en el Windows 8.1 dieron un pasito atrás (al igual que con Windows 2012 R2) al colocar la banderita de Windows donde se encontraba típicamente el botón Inicio, pero que ni de lejos cumplía con lo que era un botón de Inicio.
Este nuevo Windows en verdad hace que la espera haya valido la pena, se siente robusto y estable, aún siendo tan nuevo he visto que tiene bastante compatibilidad con el hardware actual facilitando la instalación de controladores, las actualizaciones al día de hoy no han sido muchas, el nuevo botón de Inicio (no sé si es el nombre oficial) realmente es muy práctico y funcional, ya no es un reto encontrar como apagar o reiniciar el equipo. Desgraciadamente las que siguen muy escondidas son las pantallas de configuración, por ejemplo de las redes, la pantalla, el panel de control, etc. pues debes clickear en diversos enlaces para llegar a lo que en Windows 7 hacías en un click derecho, suponer que el SO es tan “inteligente” para creer que son cosas que los usuario no va a usar comúnmente se me hace por demás presuncioso, al quienes son dedicamos a dar soporte te complica la existencia, además ahora para abrir el panel de control primero pasas por una ventana que si bien desconozco su nombre, es algo así como un panel de control pero resumido que solo te permite manejar algunas propiedades, si buscas alguna otra debes de navegar en el SO o escribir Panel en en cuando de búsqueda para encontrar por fin la ventana de siempre de Configuración, por cierto la verdad que el buscador ha sido bastante mejorado.
Al inicio mencione que una buena decisión fue haber realizado una instalación limpia del SO, lo digo porque en los equipos que no lo hicimos presentan pequeños fallos en la administración de usuarios en el dominio de Windows, y algunos otras cosas no funcionan o bien no permite cambiarlas. La integración con Office 2016 (tema que tocaré en otro momento) es de verdad muy padre, al igual que con los servicios de OneDrive.
Surge finalmente la pregunta que prácticamente todos mis clientes me hacen: ¿combine migrar a Windows 10? La respuesta es sí, claro en equipo que tengan al menos 4 GB y un procesador de no más de 3 años y tomando en cuenta la compatibilidad con sus aplicaciones, por ejemplo las de contabilidad (dolor de cabeza del personal de soporte).
Sin duda es un SO que se disfruta y que viene a dar un poco de aire al viejo Windows 7 y dejarlo descansar pues sin duda es el turno de que Windows 10 forje su propia historia en el gusto de la gente.
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